miércoles, 20 de febrero de 2008

LA PRIMERA FAMILIA

"Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne" (Génesis 2: 24)
Dios creó el paraíso. El jardín del Edén. Junto con el paraíso, Dios creó también la primera pareja, Adán y Eva. Ellos formaban parte del hermoso paraíso creado por Dios. A veces pensamos que el paraíso está demasiado lejos de nosotros y que no hacemos parte de él. Necesitamos saber que el paraíso está a nuestra disposición y que podemos ser parte de él. Al final, el Edén era un paraíso sólo porque allí existía una familia. Nadie podía ser una compañía más perfecta para Eva que Adán, y viceversa. Para que nuestro hogar pueda ser un verdadero paraíso debemos entender que es más importante SER una buena compañía que TENER una buena compañía.
Nuestro Dios es maravilloso, él se complace en hacer felices a sus hijos. Cuando hizo el jardín del Edén, Dios pensó en cada detalle para la felicidad de Adán y Eva. Los árboles majestuosos, los animaels que corrían de un lado a otro, las aves que llenaban el paráiso de música y encanto. Les dio también un trabajo: administrar y cuidar de aquel lugar maravilloso. En las manos de Dios están nuestras vidas, cuando pensamos en todas las cosas que él provee para nosotros, surge espontánemente el deseo de alabarlo por su infinita bondad y misericordia.
Tantas cosas lindas en el paraíso, y sin embargo, al principio, Adán no era completamente feliz. Había un vacío en su corazón. Ni las bellas escenas del huerto, ni la compañía de los animales, ni siquiera la agradable plática con los ángeles, le hacían sentir completamente feliz. Adán se sentía solitario, y era natural que se sintiese así, pues él fue creado para vivir en comunidad. Dios todavía tenía una sorpresa para él. Lo más bonito lo reservó para el final. Adán se quedó dormido y Dios creó a Eva. Fue la primera historia de amor de este planeta, el primer romance de la historia humana. En medio de la exhuberancia y la belleza colorida del Edén, Adán amó a Eva y fue amado por ella. Las primeras palabras que un hombre dijo a una mujer, fueron pronunciadas por Adán: "Eres carne de mi carne y hueso de mis huesos". Con estas palabras, Adán quizo decirle: "Nos pertenecemos uno al otro. Es claro que fuimos hechos para amarnos, porque que eres parte de mí".
Así fue el inicio de la institución matrimonial. El plan de Dios para los esposos es que ellos lleguen a complementarse de tal manera que lleguen a ser uno en afecto y emociones. Es interesante hacer notar que antes de unirse, los esposos tienen que dejar a los padres. Lo que la Biblia quiere decirnos es que nadie puede interferir en la relación entre esposos. Esto incluye padres, parientes, amigos, estudio, trabajo, etc. El plan de Dios es que haya una dedicación absoluta de uno para el otro. En realidad el verdadero amor es la dedicación absoluta para hacer feliz a la otra persona.

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